Sábado 11-03-23

Sábado 11-03-23

II Semana cuaresma

Meditar el Evangelio con tres puntos.

Lc 15, 1-3. 11-32: «Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido».

La parábola del hijo prodigo es uno de los textos más conmovedores y bellos de toda la Biblia. Tres son los personajes que reflejan tres maneras de situarse ante el amor de Dios. Y contada en parábolas para provocar el asombro.

1. El primer protagonista es el hijo que se va de casa. Bastante cara. Llega a tener una experiencia única de sentir hambre y de acabar comiendo las algarrobas que comen los cerdos. Representa al hombre siempre insatisfecho en su relación de amor con Dios y con el prójimo. Al final vuelve, todavía sin descubrir el amor del padre porque sabe que lo espera una sopa caliente y unas sábanas blancas.

2. El padre es el gran protagonista de la parábola. Siempre busca la comunión y la reconciliación como profunda vocación. Recibe tortas de los dos hijos, del que se va porque para ser feliz tengo que irme de tu casa, y del hijo que se queda porque no acabo de ser feliz a tu lado. Cuando ve a su hijo de lejos corre hacia él. Es propio del que más ama. Siendo el más viejo por el amor es el más joven en su corazón.

3. El tercer protagonista es el hermano mayor que se queda en casa. Vive con su padre no como hijo, sino como esclavo. Dice: «En tantos años que te sirvo, no he dejado de cumplir una ley tuya». Cumple, pero no ama, por tanto, engrosa la lista de los quemados intensivos, cuyo desenlace es la amargura.

+ Francisco Cerro Chaves

Arzobispo de Toledo

Primado de España.

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