Miércoles 29-05-24

29-05-2024, miércoles de la VIII semana del tiempo ordinario B
Meditar el Evangelio con tres puntos

Mc 10, 32-45. «Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado». El seguimiento de Jesús es una subida a Jerusalén de identificación en su muerte y resurrección, es escalada, es subir al monte de la transfiguración contemplativa para bajar al valle de la desfiguración donde sufren nuestros hermanos. Jesús siempre va delante de nosotros, junto a nosotros, incluso detrás de nosotros para sostenernos en nuestra debilidad.

  1. El seguimiento de Jesús, con la identificación de sus misterios, produce en ellos miedo. ¿Dónde nos llevará? Pensamos siempre que estamos seguros en sus manos. ¿Qué ocurre cuando todo se complica? Jesús a los doce, a los íntimos los instruye, y como es transparente les indica lo que le va a suceder. Es una llamada a identificarse con los proyectos de su corazón.
  2. Cuando abiertamente y sin tapujos les habla de la cruz sabe que en el corazón del discípulo provoca crisis y desconcierto. La cruz, la pasión su muerte y su resurrección, provoca en ellos el desconcierto al igual que nos ocurre a todos nosotros de pensar que no estamos preparados.
  3. En medio del desconcierto, la madre de los Zebedeo le pide a Jesús para sus hijos que en reino de los cielos cada uno de sus hijos se coloque a su izquierda y su derecha. No le interesa nada más que la gloria sin cruz. Jesús va a dejar claro que el seguimiento lleva consigo beber el cáliz, es decir, vivir la alegría, la paz de saber que la cruz es el camino y el destino la resurrección y la vida.
  • Francisco Cerro Chaves
    Arzobispo de Toledo
    Primado de España.