30-04-2024, martes de la V semana de Pascua B
Meditar el Evangelio con tres puntos
Jn 14, 27-31a. «Mi paz os doy». Cuanto más nos acercamos a Pentecostés, aparece en persona el Espíritu Santo como señor y dador de vida. El gran fruto de la Pascua es el Espíritu Santo, que tiene como misión formar en nosotros los sentimientos del Corazón de Jesús.
- Aparece uno de los primeros frutos del Espíritu Santo: la paz. Ante guerras mundiales de nuestro corazón el Resucitado nos anuncia y nos trae la paz. La paz que es como el fruto que no se puede alcanzar sin unir muerte y resurrección.
- Que no se turbe nuestro corazón. Nos debemos alegrar de que vuelva al Padre, por la unidad del Padre con el Hijo y el Espíritu Santo.
- La presencia del Padre en su vida nos lanza a que vendrá el Espíritu Santo para derrotar al mundo, al demonio y la carne. Solo saldremos de todas nuestras oscuridades y batallas eternas si nos arrojamos confiadamente en sus manos con una infinita confianza.
- Francisco Cerro Chaves
Arzobispo de Toledo
Primado de España