10-04-24, miércoles de la II semana de Pascua B
Meditar el Evangelio con tres puntos
Jn 3, 16-21. «Dios envió a su Hijo para que el mundo se salve por él». Volvemos a leer y meditar el texto del encuentro de Jesús con Nicodemo en la noche. Es el encuentro de un hombre que cree en Jesús y busca la verdad, pero a la vez no quiere perder su prestigio.
- Tiene que quedarse pobre de solemnidad, si quiere encontrarse con quien siempre tiene abierto su corazón, y nos espera en la noche de nuestra vida con su corazón como fuego abrasador.
- Jesús le va a revelar los grandes secretos de su corazón. El más grande, que, ahora visto desde la luz pascual, toma una dimensión nueva, «porque tanto amó Dios al mundo que le entrego a su Hijo único». Es el amor de un Padre que se desborda de amor con su pasión muerte y resurrección. Vive ahora con su costado abierto de dulzura y misericordia.
- Este encuentro sabe a nuevo, ilumina la luz pascual, nos lanza a saber que detrás de la noche viene galopando la aurora de la resurrección: «Resucitó de veras mi amor y mi esperanza».
- Francisco Cerro Chaves
Arzobispo de Toledo
Primado de España.
Catequista de Cádiz y Ceuta. 