07-04-2024, domingo de la Divina Misericordia B
Meditar el Evangelio con tres puntos
Jn 20, 19-31. «A los ocho días llegó Jesús». Será el encuentro con el Resucitado el que cambie nuestra vida y haga de cristianos de puertas y corazón cerrados por miedo, a cristianos que abren su corazón a las dimensiones de un mundo necesitado de resurrección.
1. Es Jesús, la divina misericordia del Padre, el que nos va a buscar para llenar nuestra vida de su esperanza. Vuelve al cenáculo el lugar de la última cena antes de su pasión.
2. Tomás, el incrédulo, es un jarrón de agua fría para los apóstoles. No solo no está donde tiene que estar en la comunión con sus hermanos, sino que siempre está en crisis con la institución, con la autoridad. No solo no acepta, sino que, respirando por sus heridas, deja un ambiente de desaliento, de desanimo, de desconfianza. «Tengo que ver para creer».
3. La misericordia del Señor acepta que Tomás toque su corazón y quede derretido de amor. No entra el Resucitado en el juego de los que son como Tomás que quieren mantener su individualismo y seguir al margen de la comunión. Por eso Jesús resucitado acontece en medio de la Iglesia, en medio de la comunidad.
+ Francisco Cerro Chaves
Arzobispo de Toledo
Primado de España
Catequista de Cádiz y Ceuta. 