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HORA SANTA PARA LA ADORACIÓN EN SIMULTÁNEA MUNDIAL CON MOTIVO DEL AÑO DE LA FE
Domingo 2 de junio de 2013
Javier Leoz
(17:00 en Roma)
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1. MONICIÓN Y AMBIENTACIÓN
El Santo Padre Francisco nos ha convocado hoy, Domingo 2 de junio día en que la Iglesia celebra el Cuerpo y Sangre del Señor, a una Adoración simultánea mundial que se dará inicio en Roma a las 5 de la tarde. Desde esta iglesia/Parroquia/Comunidad de………nos unimos a esta iniciativa del Papa Francisco sabiendo que, la Eucaristía, fuente y cumbre de la vida cristiana, siempre será un acto de fe por el cual creemos en la Presencia Real de Cristo en el Sacramento del Altar.
Hoy, paralelamente con Roma, con el Papa Francisco, nos situamos frente a Aquel que nos hace entrar en comunión con toda la Iglesia. Hoy, juntamente, percibimos los frutos de esta adoración que ahora comenzamos.
Os invitamos a glorificar el nombre de Dios. Os invitamos a exaltar el nombre de Cristo que, antes de morir y resucitar, nos dejó este impresionante regalo de fraternidad. Os invitamos, con toda la Iglesia, a bendecir al Espíritu Santo.
Ahora, con el canto, nos unimos en este Año de la Fe, porque el Señor, se manifiesta y se deja adorar, tocar, velar, amar y suplicar en comunión con toda la Iglesia que proclama:
¡UN SOLO SEÑOR, UNA SOLA FE, UN DIOS Y PADRE!
Nos ponemos de rodillas
(Bien se puede recibir a la Custodia con el Santísimo –haciendo el expuesto en una capilla lateral- o bien en el altar ya dispuesto. En el primer caso, 12 personas simbolizando a los apóstoles, acompañarán al Santísimo. En el segundo caso se hará de la forma acostumbrada).
Cantos posibles:
Cantemos al Amor de los amores, cantemos al Señor. Dios está aquí, venid adoradores, adoremos a Cristo Redentor. Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra bendecid al Señor: honor y gloria a Ti, Rey de la gloria; amor por siempre a Ti, Dios del Amor.
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Al atardecer de la vida me examinarán el amor. (bis)
Si ofrecí mi pan al hambriento, si al sediento dí de beber, si mis manos fueron sus manos, si en mi hogar lo quise acoger.
Si ayudé a los necesitados, si en el pobre he visto al Señor, si los tristes y los enfermos me encontraron en su dolor.
Aunque hablara miles de lenguas, si no tengo amor nada soy, aunque realizara milagros, si no tengo amor nada soy
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Danos un corazón grande para amar. Danos un corazón
fuerte para luchar.
Hombres nuevos, creadores de la historia, constructores de nueva humanidad; hombres nuevos que viven la existencia como riesgo de un largo caminar.
Hombres nuevos luchando en esperanza, caminantes sedientos de verdad. Hombres nuevos, sin frenos ni cadenas, hombres libres que exigen libertad
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2.PRESENTACIÓN
Señor, en este Año de la Fe, unidos en esta hora a toda la Iglesia
presidida en la unidad por el Papa Francisco
venimos a tu presencia porque, en primer lugar, te necesitamos.
Es verdad que, las prisas,
hacen que dejemos lo importante para el final.
Por eso, aún disponiendo de escaso tiempo,
Queremos, en esta Hora de la Fe, permanecer un momento junto a Tí.
Te damos gracias, Señor, por la vida.
Te damos gracias, Señor,
por aquellos a quienes más queremos
Te damos gracias, Señor, por estar aquí en la Custodia
Esperándonos, cuidándonos y escuchándonos.
Por estar, inspirando a tu Iglesia, fuerza para amar,
valor para evangelizar, ilusión para predicar,
amor para entregar y gestos para avanzar en la caridad.
Estar junto a Ti, Señor,
es sacar fuerzas para seguir adelante
Al postrarnos en tu presencia, en esta Hora Santa,
sentimos que, tu mano, nos anima y nos conforta
nos empuja y nos alienta a seguir adelante.
Tú sabes, Señor,
las preocupaciones que tenemos interiormente
Tú sabes, Señor, lo que ahora mismo necesitamos
Tú sabes, Señor,
lo que –alguien que está en nuestra memoria-
requiere de Ti y, en su nombre, traemos su súplica.
Tú, Señor, dijiste «pedid y se os dará».
No te pedimos grandes cosas para nosotros
Pero, Señor, danos un poco de luz en la oscuridad
Suerte y valentía para darlo todo por Ti.
Alegría en el corazón para dar testimonio de tu Evangelio.
Fe y esperanza en lo que hacemos, somos y pensamos.
Acepta, Señor, esta humilde oración y, ahora,
-si quieres- háblanos a toda la Iglesia.
Aquí nos tienes, Señor: somos tu Iglesia
Aquí nos tienes, Señor: tu Iglesia te adora
Aquí nos tienes, Señor: tu Iglesia te ama
Aquí nos tienes, Señor: tu Iglesia cree y espera en Ti
Amén.
(silencio) |
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3. LECTURA DE SAN MARCOS 14,..-34.:
Después de cantar el salmo, salieron para el Monte de los Olivos. Jesús les dijo: Todos vais a caer, como está escrito: «Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas.»Pero cuando resucite, iré antes que vosotros a Galilea. Pedro replicó: -Aunque todos caigan, yo no. Jesús le contestó: Te aseguro, que tú hoy, esta noche, antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres. Pero él insistía: Aunque tenga que morir contigo, no te negaré. Y los demás decían lo mismo. Fueron a una finca, que llaman Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí mientras voy a orar. Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, empezó a sentir terror y angustia, y les dijo: Me muero de tristeza: quedaos aquí velando.
Silencio
Canto: No adoréis a nadie/ Estoy pensando en Dios/Danos un corazón grande para amar
3.1Reflexión
–También nosotros, como los apóstoles, nos hemos puesto en camino. Hemos salido de nuestra ciudad, de nuestra comodidad, de nuestra casa, del mundo que nos rodea o nos preocupa para estar en esta Adoración Simultánea Eucarística con el Papa en Roma.
-Venimos, tal vez, con los mismos condicionantes de los amigos de Jesús: tenemos sueño, estamos despistados o abrumados por muchos acontecimientos que nos asolan. Como los discípulos, y lo tenemos que reconocer, tenemos miedo a ser señalados por ser cristianos, por ser de los suyos.
-Como Pedro, ante Ti Señor, reconocemos que somos frágiles. Nuestras negaciones, en el fondo, son expresión de una fe poco convencida. No siempre formada. No siempre contrastada a la luz de tu Palabra. Ayúdanos, Señor, a permanecer fieles en los momentos de tempestad. En los instantes en los cuales se nos requiere cintura a nuestra fe.
4. ORACIÓN DE GRATITUD POR LA FE
Lector
Respuesta: ¡GRACIAS, SEÑOR! ¡GRACIAS, SEÑOR! (un canto puede servir)
L/ Gracias por permitirnos, en esta Hora Santa de la Fe, permanecer junto a Ti unidos al Papa. R/.
L/ Gracias por darnos la oportunidad de saborear de nuevo tantos gestos que nos has dejado en este impresionante Sacramento del Altar. R/. L/ Sólo, desde tu fe y fidelidad hacia Dios, se puede entender el valor de esta entrega. R/.
L/ Sólo, desde tu fe y tu confianza en Dios, se puede esperar un fruto de esta Adoración con la que, una vez más, te nos entregas. R/.
L/ Sólo, desde tu fe y tu abandono en Dios, se puede donar tu vida por todos nosotros. R/
L/ Ayúdanos, Señor, a que nuestra fe sea más sólida, más convencida, más purificada y –sobre todo- más consciente de que Tú eres el centro, el presente, el futuro y la meta de nuestro existir. R/
L/ Te alabamos, Señor. Te bendecimos, Señor. Te adoramos, Señor. R/
L/ Creemos en Ti, Señor. Esperamos en Ti, Señor. Sálvanos, Señor. R/.
5. TESTIMONIO DEL SANTO CURA DE ARS
«Quiere Él, para el bien de las criaturas, que su cuerpo, su alma y su divinidad se hallen en todos los rincones del mundo, a fin de que podamos hallarle cuantas veces lo deseemos, y así en Él hallemos toda suerte de dicha y felicidad. Si sufrimos penas y disgustos, Él nos alivia y nos consuela. Si caemos enfermos, o bien será nuestro remedio, o bien nos dará fuerzas para sufrir, a fin de que merezcamos el cielo. Si nos hacen la guerra el demonio y las pasiones, nos dará armas para luchar, para resistir y para alcanzar victoria. Si somos pobres, nos enriquecerá con toda suerte de bienes en el tiempo y en la eternidad» (Santo Cura de Ars).
5.1. Reflexión: Jesús, verdaderamente presente en la Sagrada Eucaristía, se nos ha dado como
Don desde la Cruz. Jesús dio su vida en la cruz porque nos ama. «no hay mayor amor en el hombre sino aquel que da la vida por sus amigos ( ) Para que le puede seguir morando entre nosotros, hasta la consumación de los tiempos, instituyo la Sagrada Eucaristía, como el sacramento de su amor. Así como el amado espera a su amada para expresarle todo su amor apasionado, así Jesús, espera que cada uno de nosotros vengamos a su Santa presencia ante el Santísimo Sacramento para expresarnos su apasionado amor y de la mismo forma hagamos nosotros. Cada vez que venimos a visitarle, a la Iglesia, nos arrodillamos ante la Santa Eucaristía y le decimos: «Señor, te amo, ayúdame a amarte mas y mas». Si así lo hacemos, entonces cumpliremos el deseo del Señor y habitaremos en su presencia toda nuestra vida. Por lo tanto, intentemos encontrar tiempo para visitar al Señor al igual que, en esta Hora Santa Eucarística simultánea con toda la Iglesia, está haciendo posible este encuentro de paz, adoración, asombro, escucha o edificación de toda la Iglesia en Cristo.
(silencio) (Canto: No sé cómo alabarte/Cerca de Ti, Señor)
6. TESTIMONIO DE SAN AMBROSIO
«Todo lo tenemos en Cristo; todo es Cristo para nosotros. Si quieres curar tus heridas, Él es médico. Si estás ardiendo de fiebre, Él es manantial. Si estás oprimido por la iniquidad, Él es justicia. Si tienes necesidad de ayuda, Él es vigor. Si temes la muerte, Él es la vida. Si deseas el cielo, Él es el camino. Si refugio de las tinieblas, Él es la luz. Si buscas manjar, Él es alimento» (San Ambrosio).
Reflexión: ¿Te sientes cansado, agotado, preocupado, enfermo, con ansiedades, con dolencias, en necesidad de un amigo/a, en búsqueda de respuestas? Todo lo que necesitas es traer todo esto a la presencia del Señor en su Eucaristía. Arrodíllate ante El y abandónate. Así como un niño le cuenta, a sus padres, lo que le preocupa, o sus necesidades, así también tu, abre tu corazón ante el Señor presente en la Eucaristía y cuéntale todo, luego veras la diferencia. El se encargará de todas tus situaciones. Hazlo el centro de tu vida, y así tus problemas serán de Él y responderá a tus peticiones.
Así lo hace, en este día del Corpus Christi, la Iglesia entera unida al Santo Padre Francisco.
Oración: Que esplendido amigo tenemos en ti, Jesús! Eres capas de tomar sobre ti mismo nuestros problemas! Que privilegio tan grande es el depositar ante tu presencia todo lo que cargamos. O, que paz tan sublime nos acoge. Señor, deposito todas mis preocupaciones ante ti, a ti confío mis preocupaciones. Que amigo tan fiel eres, Señor. Conoces hasta mi última flaqueza. Esta también la pongo a tus plantas. Precioso Señor tu eres mi refugio. Entre tus brazos me tomas y me cobijas. Ahí encuentro descanso.
Amen.
7. ACTO FINAL
*La cruz procesional, y si puede ser con todos los fieles portando una pequeña lámpara, inicia una procesión eucarística por el interior del templo (allá donde sea posible). Sería bueno portar, delante de del Santísimo, tres pequeñas pancartas (banderas) con los siguientes textos:
CREO EN TI ,
PADRE
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CREO EN TI ,
CRISTO
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CREO EN TI , ESPÍRITU SANTO
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* En el trayecto de la procesión conviene interpretar algunos cantos alusivos a la FE y a la EUCARISTÍA y, si se puede, lanzar algunos pétalos sobre la custodia desde algún lugar elevado de la parroquia. Incluso, allá donde sea posible, no estará nada de más salir por una puerta de la iglesia y entrar por otra distinta.
*Una vez llegados hasta el altar, de rodillas, y ante el Señor se puede profesar la fe con el Credo Apostólico o, bien, el siguiente CREDO.
CREDO EN LA HORA SANTA DE LA FE
Creo en Ti, Señor… pero ayúdame a creer con firmeza. Espero en ti… pero ayúdame a esperar sin desconfianza. Te amo Señor…pero ayúdame a defenderte con mi propia cara
Te adoro Señor, porque eres mi creador y te anhelo porque eres mi fin. Te alabo porque no te cansas de hacer el bien, y me refugio en Ti porque eres mi protector.
Que Tu sabiduría Señor, en esta noche me dirija, y Tu entrega me redima
Que Tu misericordia me consuele y Tu sangre lave mis pecados
Que tus lágrimas me conmuevan y tu oración me estremezca
Te ofrezco en esta adoración, Señor, mis pensamientos,
te ofrezco mis palabras, ayúdame a hablar de ti cuando, Tú, ya no hablas Te ofrezco mis obras, ayúdame a cumplir tu voluntad, cuando Tú cumples la del Padre Te ofrezco mis penas, pequeñas y absurdas, cuando veo tan grandes las tuyas
Te pido Señor que ilumines mi entendimiento, con tu generosa pasión
que fortalezcas mi voluntad, con tu inquebrantable entrega
que purifiques mi corazón con tu amor sin fisuras
que santifiques mi espíritu con tu espíritu invencible.
Señor, hazme llorar mis pecados, sin que sea demasiado tarde
rechazar las tentaciones, antes de escuchar el canto del gallo
vencer mis inclinaciones al mal, al dinero… a venderte por poco y nada
Regálame Tu gracia, Señor, en esta Adoración Simultánea de toda la Iglesia
para amarte y olvidarme de mí, para buscar el bien de mi prójimo sin tenerle miedo al mundo.
Facilítame la gracia para ser obediente a los designios de Dios,
comprensivo y atento con los que me rodean,
solícito con mis amigos y generoso con mi enemigo.
Ayúdame, Señor, a superar con austeridad la abundancia,
con generosidad la avaricia, con amabilidad la ira y con fervor la tibieza.
Enséñame, Señor, en esta Hora Santa –divina y humana-
a comprender la pequeñez de lo terreno, l
a grandeza de lo divino, la brevedad de esta vida y la eternidad de la futura
En este Año de la Fe, creo en Ti, Señor; espero en Ti, Señor; te amo a Ti, Señor.
En esta Hora, en este Año de la Fe, con fe viva, te digo y proclamo Señor:
¡CREO EN DIOS!
¡CREO EN TI SU ÚNICO HIJO!
¡CREO QUE NACISTE EN BELÉN!
¡CREO QUE VINISTE DESNUDO Y, DESNUDO, SUBIRÁS POR MÍ A LA CRUZ!
¡CREO QUE, EN UN PESEBRE DE MADERA APARECISTE!
¡CREO QUE, EN UNA CRUZ DE MADERA MORIRÁS PARA RESUCITAR!
¡CREO QUE, TU VIDA EN LA CRUZ, SERÁ CAUSA DE MI SALVACIÓN!
¡CREO HOY MÁS QUE NUNCA EN EL ESPÍRITU QUE RODEA ESTE MISTERIO!
¡CREO, SEÑOR, EN LA CONQUISTA QUE TRAE TU MUERTE: LA RESURRECCIÓN!
¡CREO, SEÑOR, EN EL PERDÓN DE LOS PECADOS ANTE TANTO RÍO DE GRACIA!
¡CREO, SEÑOR, EN LA RESURRECCIÓN Y EN LA VIDA QUE NOS TRAES!
¡CREO, SEÑOR, EN LA IGLESIA MADRE, SANTA Y PECADORA, CON ARRUGAS PERO CON UN ROSTRO HERMOSO POR CONTENER LOS TESOROS DE TU GRACIA!
¡Gracias, Señor! ¡Creo en Ti, Señor! ¡Espero en Ti, Señor!
Canto: Como el Padre me amó yo os he amado/Señor, Señor haz de mi un instrumento de tu paz/
8. BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO
Unidos a toda la Iglesia, Señor, hemos venido a este lugar apartado y de misterio.
Hemos compartido contigo esta Hora Santa.
Te pedimos, Señor, que tu Santa Pasión,
sea causa de salvación y de luz para todos los que buscan y no encuentran
para los que creemos y esperamos en Ti
para los que dudan pero no rechazan la verdad.
Ayúdanos, Señor, a buscar en la comunión con el Padre
las respuestas a tantos interrogantes que la existencia humana nos plantea.
Te damos gracias porque, tu muerte, dará paso a la resurrección
y, con tu resurrección, todos alcanzaremos la nuestra
Te lo pedimos, en comunión con toda la Iglesia,
en este Año Santo de la Fe.
A ti, siempre, sea dada gloria por siempre
Amén.
(Bendición con el Santísimo)
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