Misa de grupos de catequesis

Misa de grupos de catequesis

(Álvaro Ginel. Revista CATEQUISTAS, nº 215)

27 DE NOVIEMBRE, DOMINGO I de ADVIENTO (Comienza el Ciclo B).

Lecturas: Isaías 63,16-17; 64,1.3-8; 1 Corintios 1,3-9; Marcos 13,33-37.

Velar: Renunciar al sueño de la noche. En los evangelios sinópticos, es la recomendación que Jesús hace a los discípulos al final del discurso sobre la venida del Hijo del Hombre; velar es no dejarse vencer por el sueño, estar en guardia y apercibido para recibir al Señor.

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¿Qué es vigilar? Vigilar es escuchar lo que el corazón te dicta, los movimientos que ves en él. Vigilar es percibir que hay cosas que antes no te decían nada, y ahora le das importancia. Vigilar es descubrir que tienes el corazón vivo y te sugiere acciones nuevas y te hace descubrir nuevos valores. Vigilar es cuidar el corazón, sí, porque es el altavoz de Dios, al que escuchas cuando todo está en silencio y en reposo… Los cristianos no tenemos minaretes desde donde nos recuerdan la hora de la oración, o la necesidad de alabar el nombre de Dios. Jesús nos dice que es dentro, en el corazón, donde tenemos que hacer todas estas cosas, es decir, vigilar…

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Sugerencia: Tapar los ojos a alguien. A su lado se pueden poner «cosas»: un crucifijo, un anciano, un letrero con frases que se crean oportunas. Alguien preguntará: «¿Qué es lo que tienes a tu lado?» Dejar que responda… Terminar diciendo: «Con los ojos tapados, te pierdes todo lo que está a tu lado…» Escucha la Palabra de Jesús hoy: «No sabes ni ves lo que tienes a tu lado, lo que el Señor pone a tu lado para que seas samaritano, para que reconozcas las llamadas que te hace».

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